27S: La emergencia climática y los urbanistas
[caption id="attachment_7410" align="alignnone" width="700"] © Forges, 2017[/caption]
Las evidencias científicas apuntan a que el cambio climático se corresponde con la desproporción entre la magnitud de las emisiones de gases de efecto invernadero y los activos del planeta para digerir dichas emisiones o, dicho de otro modo, que emitimos por encima de nuestras posibilidades.
Solemos quejarnos amargamente del concepto que tiene el resto del mundo de nosotros: los jueces cuando dictan Sentencias que solo se entienden desde una valoración muy crítica del planeamiento, los legisladores cuando se acuerdan del urbanismo para pedir, albarda sobre albarda, estudios e informes, el vulgo, en general, que nos lleva a algunos a responder con pudor cuando alguien nos pregunta "¿estudias o trabajas?".
Incluso Forges, que en la viñeta que hemos tomado prestada para ilustrar este post acusa a los concejales de Urbanismo de incidir seriamente en los recursos naturales (lo que dos párrafos más arriba calificábamos de "posibilidades"). En general, por urbanismo se entiende cemento y ladrillo y los planes son la distribución por el territorio de cemento y ladrillos, hecho con mejor o peor estilo y con mejor o peor intención. Supongamos que siempre lo hacemos bien y con la intención de mejorar la calidad de vida en la ciudad, ¿tendríamos que hacer algo para equilibrar emisiones y activos naturales?
Podríamos hacer la cuenta en el Plan General de cuánto emitirá la ejecución de las "actuaciones" (cemento y ladrillo) y cuánto se emitirá tras su puesta en servicio y comparar los resultados con la capacidad del término municipal de digerir dichas emisiones. ¿Y qué haríamos si el saldo fuera negativo, guardar el análisis en el cajón?
Nos ha parecido muy sugerente el Estudio de alternativas del Ministerio de Fomento para una obra pública, en el que cuantifica las emisiones para considerar el impacto climático en la elección.
Los datos globales de emisiones son muy genéricos pero creemos que, si nos pusiéramos, seríamos capaces de contribuir significativamente a mejorar ese saldo negativo, lo que pasa que no nos lo encargan y con lo que se paga por el planeamiento...
Os proponemos que, desde el primer día laboral (si secundáis la huelga, sería el lunes), dediquéis una dosis de vuestras meninges a mejorar ese saldo.
Ánimo!!!
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