[nU] no-Urbanismo: Ciudad Liquida


Pese a nuestras resistencias, la ciudad es un organismo en constante cambio, la ciudad es liquida. Esta es la segunda parte del artículo de Luís Lope de Toledo sobre Tokio.












Los líquidos, una variedad de fluidos…. Los fluidos se desplazan con facilidad. “Fluyen”, “se derraman”, “se desbordan”, “salpican”, “se vierten”, “se filtran”, “gotean”, “inundan”, “rocían”, “chorrean”, “manan”, “exudan”; a diferencia de los sólidos, no es posible detenerlos fácilmente –sortean algunos obstáculos, disuelven otros o se filtran a través de ellos, empapándolos–. Emergen incólumes de sus encuentros con los sólidos, en tanto que estos últimos –si es que siguen siendo sólidos tras el encuentro– sufren un cambio: se humedecen o empapan. La extraordinaria movilidad de los fluidos es lo que los asocia con la idea de “levedad”. Hay líquidos que en pulgadas cúbicas son más pesados que muchos sólidos, pero de todos modos tendemos a visualizarlos como más livianos, menos “pesados” que cualquier sólido. Asociamos “levedad” o “liviandad” con movilidad e inconstancia: la práctica nos demuestra que cuanto menos cargados nos desplacemos, tanto más rápido será nuestro avance. 


Zygmunt Bauman, MODERNIDAD LÍQUIDA


Pese a nuestra apetencia por la estática, por fijar las cosas, por darles estabilidad, LA CIUDAD busca una y otra vez sus mecanismos de adaptación a nuevas realidades, se comporta como los líquidos, se licua, muta, cambia y todavía pretendemos que permanezca congelada en el tiempo. En la actualidad, las pautas y configuraciones ya no están “determinadas”, y no resultan “autoevidentes” de ningún modo; hay demasiadas, chocan entre sí y sus mandatos se contradicen, de manera que cada una de esas pautas y configuraciones ha sido despojada de su poder coercitivo o estimulante. Y, además, su naturaleza ha cambiado, por lo cual han sido reclasificadas en consecuencia: como ítem del inventario de tareas individuales. En vez de preceder a la política de vida y de encuadrar su curso futuro, deben seguirla (derivar de ella), y reformarse y remoldearse según los cambios y giros que esa política de vida experimente. El poder de licuefacción se ha desplazado del “sistema” a la “sociedad”, de la “política” a las “políticas de vida”… o ha descendido del “macronivel” al “micronivel” de la cohabitación social.


[caption id="attachment_2858" align="alignnone" width="700"]tumblr_mmopzoSEjB1qb9r7fo1_r1_1280 Fuente: tumblr.com[/caption]

Ante esta realidad cómo reacciona el urbanismo, nuestro urbanismo? Cómo podemos incorporar el cambio en la relación entre espacio y tiempo? Sabremos adaptarnos a las nuevas realidades urbanas?


En esta segunda parte de este viaje a Tokio de Luís Lope de Toledo, la licuación se plasma en la transitoriedad y movilidad urbana, en el moldeamiento de la trama urbana al son de las plásticas vías de transporte público colectivo, combinadas con el enjambre de flujos peatonales. Los “sólidos” y los “vacios” bailan al son de otra melodía.


Tokio, ciudad líquida


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